Por qué los padres no deben usar los alimentos como recompensa o castigo

Es común que los padres ofrezcan un alimento "especial" y, a menudo, poco saludable, para recompensar una buena conducta o una tarea bien hecha. También se suelen negar esos tratos especiales a modo de castigo. Por ejemplo, los padres prohíben comer postre a sus hijos si fueron insolentes o si no ordenaron la habitación.

Sin embargo, usar los alimentos como recompensa o castigo puede debilitar los hábitos de alimentación saludable que intenta enseñar a sus hijos. Las golosinas, las papas fritas o las gaseosas como recompensa hacen que los niños consuman un exceso de alimentos con niveles altos de azúcar, grasas y calorías vacías. Aún peor, interfieren en la capacidad natural de los niños para regular su alimentación. Además, los alienta a comer cuando no tienen hambre solo para recibir un premio.

Niña pequeña mojando una galleta en un vaso de leche.

Ofrecer alimentos prohibidos en otras situaciones a modo de recompensa o trato especial también puede confundirlos. Los niños escuchan que se supone que deben disfrutar de los alimentos saludables y evitar los que aportan poco valor nutricional. El mensaje no es claro si los consentimos con alimentos que son perjudiciales a modo de recompensa por una buena acción. Tal vez comiencen a relacionar los alimentos poco saludables con determinados estados de ánimo: si se sienten bien, por ejemplo, está bien que recurran a una golosina.

Otras desventajas de disciplinar con los alimentos

Los dulces como recompensas también pueden causar caries y aumento de peso. Cuando damos golosinas o papas fritas como recompensas, pueden ser más atractivas. Esto hace que los niños comiencen a preferirlas por sobre alimentos más saludables con valor nutricional.

La práctica de obligar a los niños a "comer todo" a modo de castigo por una mala conducta puede alentarlos a desarrollar malos hábitos alimenticios, como comer cuando no tienen hambre. Además, les puede generar desagrado por esos alimentos nutritivos que los obligan a comer.

Recompensas y castigos alternativos

Los padres pueden ofrecer muchas otras recompensas, que no sean alimentos, para reforzar una buena conducta. Incluya a su hijo en la elección de recompensas que le sean significativas. Tenga en cuenta estas opciones creativas:

  • Un recorrido por la librería, el zoológico u otra salida favorita

  • Nuevos elementos de arte o libros para colorear

  • Lápices, calcomanías u otros elementos que pueden llevar a la escuela

  • Juguete especial para la bañera

  • Escuchar su canción favorita con toda la familia

  • Un cuento más antes de irse a dormir

  • Cita para jugar o pijamada con un amigo

  • Jugar a un juego favorito con mamá o papá

Cómo establecer hábitos saludables

La alimentación nutritiva en niños pequeños es todo un desafío. Intente no obligarlos a comer cuando no tienen hambre o si no les gusta determinado alimento (pruebe ofrecerles el mismo alimento nuevamente en otras comidas, quizás cocinado de otra manera). En general, sirva una diversidad de alimentos bien nutritivos y aptos para niños. No se muestre preocupado ni se moleste si su hijo rechaza algún alimento. Sirva porciones pequeñas a los niños pequeños. Y para todos los miembros de la familia, sirva un tamaño de las porciones controlado y saludable.

Por último, haga que la hora de la comida sea agradable. No discuta, no hable de los problemas ni discipline a sus hijos en la mesa. Las comidas familiares deben ser ocasiones distendidas y alegres en las que se pueda hablar sobre la jornada y compartir experiencias con los hijos. 

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